lunes, 30 de octubre de 2017

Complejidad acomplejada

El fútbol en su raíz es un deporte sencillo. 11 contra 11 en un rectángulo y hay un balón que debe entrar en una portería. El que lo meta más veces en la portería rival (hay que puntualizar), gana. Ahora bien, todos sabemos que esto, es un mundo de complejidad. Que si tácticas, estratégicas, acciones a balón parado, formaciones, jugadores, estilos, cohesión de grupo, liderazgo, egos, filosofía, cultura, país y hasta la clase de botas y el clima influyen y todo se debe controlar. A alguno ya le da pereza ponerse a entrenar solo con leerlo. El caso es que dentro de este universo llamado fútbol, creo en la importancia de dar todo explicado y demostrado de forma sencilla. Al igual que leer más no te hace más inteligente y viajar más no te hace menos racista, hablar de forma ininteligible no te hace más sabio. Este es el tema que yo venía a desarrollar hoy y es que ha llegado el punto en el que, a pesar de estudiar y ver mucho fútbol, cada vez lo entiendo menos.
Que si juego de posición, que si alternancias entre líneas para desarrollo de intervalos, que si filtrado de líneas, que si sinergias intersectoriales....y no sigo porque alguna palabra todavía no se que significa (y mi amigo el diccionario no la recoge). Me pierdo y es algo que no me agrada y me hace sentir realmente en una isla en lo poco que me gusta estudiar, ver, oír y trabajar, en mi mundo. Por favor, a todos los entrenadores que les encanta ser especiales por incomprensibles, a todos los entrenadores de Twitter, a todos los que en su borreguismo ensalzan las figuras de personajes así, parad. No queráis hacer de la sencillez complejidad ni de la complejidad algo imposible de descifrar. 


De lo global hasta el detalle, todo es más fácil. Y si no bajad al bar de al lado a ver el partido más cercano en el tiempo y escuchad, hay muchos sabios con un vino en la mano.

 Nos leemos 

martes, 30 de mayo de 2017

Tranquilos vs Alterados

No, no es el nombre de una película de acción (o de humor), es el duelo que se produce cada fin de semana desde la línea de cal, desde los banquillos.

Siempre me gusto el deporte de la lectura y este año (potenciado también gracias a las carencias de conexión a Internet de este preciado país), lo practiqué mucho más. Entre muchos de estos libros, unos cuantos bastantes, fueron a cerca de entrenadores que bien exponían su vida (autobiografía) o bien exponían sus métodos de liderazgo o gestión de equipos. Esto me ha llevado a reflexionar mucho esta última temporada acerca de los tipos de entrenadores que hay en el mundo del fútbol y he llegado a la conclusión de que se dividen en 2 tipos: Tranquilos y Alterados.
( Anexo: Esta nomenclatura podéis cambiarla y adaptarla a vuestro gusto (no llevo copyright): Calmados y Estresados, Gritones y Callados, Enfadados y Contentos...todos sabéis a que me refiero; pero creo que la de Tranquilos y Alterados es la que mejor casa con lo que he aprendido)




Entrenadores Tranquilos: Nos hacemos una imagen mental de como son: No buscan discusiones, son calmados, saben guardar la compostura en (casi) todas las situaciones, no crean polémicas... es un nuevo modelo de gestión que se está llevando bastantes elogios y que está obteniendo buenos resultados a nivel global, si bien es sabido, que en el fútbol base, todos (o casi todos) deberían ser de esta clase de líderes, en el fútbol de élite el cuento cambia. De todas formas, esta gestión de medios y métodos está en auge y con grandes éxitos por parte de los entrenadores que así dirigen. Entre las figuras más destacadas seguramente incluiríamos a Ancelotti, Zidane, Berizzo, Bielsa...

Entrenadores Alterados: Parecen enfadados con el mundo (muy lejos de la realidad). Su imagen es de un ser nunca contento con nada, que genera polémica, que busca discusiones y que en muchas ocasiones, va a lo pasional o sentimental de las personas y el deporte. Esta clase de entrenadores son más "comunes o típicos" pero con diferentes matices que tocan campos más cercanos al conocimiento del fútbol. Con intensidad, huevos y correr más, no se gana. Entrenadores de éxito similar al pronunciado dentro de este grupo podemos incluir como figura más representativa a Mourinho, pero no es el único ya que Conte, Simeone, Klopp o Gattuso (alteración extrema en los banquillos), serían cortados por el mismo cuchillo.

Ahora la pregunta que os hacéis es evidente: Que me cuentas?
Pues os cuento que ambos grupos, como bien veis, son válidos y pueden llegar al éxito de diferentes formas y por diferentes caminos. Es por ello que los clubes, antes de contratar a un entrenador, deben valorar su filosofía, la clase de jugadores que tienen y si encajarían bien juntos o no. Cualquier entrenador en el que penséis se puede incluir en alguno de estos 2 grupos, no hay entrenadores a caballo.
Si, se que hay mil clasificaciones y esta es mi favorita aunque no lejos está la que dice "Los jugadores dividimos a los entrenadores en 2: Buenos y malos"


Nos leemos

lunes, 8 de mayo de 2017

Sobretodo, fútbol

Que es lo que más falta hace. Si, hace mucho que no entro por aquí y no porque no quiera, si no porque estaba esperando poder narrar el aprendizaje y la experiencia de un año fuera de los límites que marca mi casa. Este año trabajando fuera de mi pueblo, mi club, mi entorno y lo que algunos llaman "zona de confort" me ha servido para aprender muchas cosas (muchísimas) pero entre todas ellas destaco 2: La primera es que me gusta mucho el fútbol y cuando digo mucho es muchísimo.
Mirar si me gusta, que trabajando como entrenador, lo echo de menos. Y la segunda es que el fútbol nunca, bajo ningún concepto o por mucho que el mundo se empeñe, será de los negocios o las empresas.







Ahora paso a desarrollaros estos dos aprendizajes (podéis dejar la lectura aquí, pero viene lo mejor)

  1. El fútbol de academia (en algunos lugares del mundo) es un completo y absoluto engaño. No me matéis todavía, solo describo mi realidad y la de muchos entrenadores. Muchos de los valores aprendidos durante años de estudios, de universidad, de congresos, de charlas...etc se ve pisoteado por el fenómeno fútbol. Aquel que dice que si tengo la más mínima relación con el deporte rey, soy bueno y lo mío es lo mejor, lo tuyo no vale. Academias que sólo buscan tener jugadores porque es un ingreso más, pero que a la hora de buscar un desarrollo deportivo, se limpian las manos o (peor todavía) imponen su ley al más puro estilo Berlusconi diciendo hasta donde debe jugar ese niño porque su padre lo exige así. No señores, esto no funciona así, siento decepcionarles. El entrenador no es un monigote.
    Al que entrena dejarlo entrenar y al que vende camisetas dejarlo vender. Lo curioso es que nunca vi a Guardiola o a Mourinho en una entrevista debatir sobre si los cables del puente de San Francisco crean mejor resistencia así o de otra forma, pero cualquiera puede discutir sobre si ellos lo hicieron bien en tal partido o ficharon a tal jugador siendo un fracaso. Los ingenieros que desarrollaron el puente seguro que lo hacen. Por eso mismo digo que, a pesar de ser entrenador y entrenar durante varias horas todos los días y a diferentes grupos, echo de menos el fútbol. El de verdad. El que cada viernes o sábado te hace dormir intranquilo y darle vueltas a la cabeza sobre quién jugará, dónde, cómo lo hará el otro equipo, el clima, el campo...ayy bendita locura 
  2. Cuánto más entreno y más fútbol veo, más de acuerdo estoy y más comparto movimientos relacionados con el fútbol añejo, el de las barbas, los vigotes y las camisetas con barro. Cuánto más fútbol veo más me gustan movimientos como el del Eibar o el Rayo Vallecano (sobretodo el aficionado) y con un capítulo aparte para el Sankt Pauli, el que merecería un post sólo sobre ellos.
    Cuánto más fútbol veo más me gustan las historias de superación de centros de entrenamiento en medio de la nada, dónde solo llegan piedras, trapos e ilusión en medio de África, en zonas en guerra en medio oriente o en lugares nórdicos impracticables dónde a la vez que chutas el balón, se cae al lado de un Iceberg. No tienen botas de última generación, no tienen entrevistas, no tienen, materiales sofisticados y no tienen esos 30 euros para poder pagar una sesión de entrenamiento. Pero tienen algo que quizá, en los lugares donde todo eso se tiene, se echa en falta. Fútbol!
Creo que por hoy está bien, si estáis leyendo esto es que aguantasteis bastante y por lo tanto tenéis todo mi respeto. Espero que mis reflexiones os tuvieran un rato entretenidos y prometo que no pasarán otra vez 9 meses para volver por aquí



Nos leémos