jueves, 21 de enero de 2016

¿Qué nos espera?

Lo hablaba el otro día con un compañero de trabajo y me decía: "Es que estos niños son unos cabrones. Juegan en la élite del fútbol base y palman contra un rival directo y llegas al vestuario y solo hablan de apuestas, teléfonos y mierdas que no vienen a cuento. Y todo entre risas". No puedo estar más de acuerdo. Gracias a mi profesión convivo en vestuarios desde los dos polos, como técnico y como jugador aficionado y he comprobado como el fútbol cambia en las generaciones que vienen. Para mal. Tuve la suerte (inmensa a pesar de lo que muchos puedan pensar) de jugar en campos de tierra, con botas de 3 años rotas atadas con cinta y como yo, muchos de mi generación. Quizá por eso nos hicimos más poetas del balón y valoramos más la pelota que el terreno, la ropa que llevamos o el color de las botas. 
No concibo que chavales de 13 años tengan representante y botas de 250€. Pero la culpa de todo esto no es de ellos, ya que cualquiera siendo tan joven aceptaría esas condiciones sin dudarlo. La culpa es del entorno y no señalo a nadie por que es culpa de todos por igual. Maltratamos la imagen del deporte lo que nos apetece y la modificamos para nuestro propio beneficio y ya no digamos si tu deporte es el hockey, el waterpolo o la esgrima y vives en España, ánimo! Todos los niños quieren ser como Cristiano o Messi, ganar 10 millones de euros y tener novias supermodelos conduciendo Ferraris por la Gran vía de Madrid. Pero yo me pregunto ¿Cuánto de fútbol tiene eso? En España, en la memoria del 2014 del CSD aparecen 829.220 licencias de futbolistas masculinos y 44.873 de futbolistas femeninas. Casi 900.000 licencias. Todos futbolistas. De cada 10.000 futbolistas que salen de base tan solo 1 llega a jugar alguna vez en la élite, eso significa que con nuestros datos nos salen 90 jugadores. Lo siento si os acabo de fastidiar la vida, pero es una realidad. La nuestra, la de los grandes clubes es irse a Asia, América o Europa y recoger a los mejores para su causa (ya que consideran que vosotros, los más jóvenes y nacidos y criados aquí, no sois suficientemente buenos) y aunque luego la FIFA los multe, pues pagamos y a seguir, que no pasa nada. Tampoco pretendo con esto dar un mensaje pesimista. Hoy el fútbol ofrece mil opciones y el mundo es cada vez más pequeño. No ser profesional aquí no es el infierno, hay muchas otras posibilidades. Jugar en diferentes países, pasar por diferentes categorías, conocer gente y entablar relaciones que difícilmente se van a romper.
Eso es el fútbol de verdad. A los que lleguéis, enhorabuena, trabajar duro y disfrutarlo, a los que no, tranquilos, hay clubes y categorías de sobra para que siempre podáis vivir con deseo y ganas este nuestro deporte, que al fin y al cabo, es por lo que empezamos y por lo que seguimos. Dos porterías, un balón, un puñado de compañeros y otro de adversarios. Nada más






Nos leémos

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