Ha
vuelto a desaparecer. La marca del "juego limpio" que tanto
se encargan de divulgar y de enseñar a los más pequeños en el
mundo del fútbol, queda, otra vez, totalmente contaminada. Sin
ninguna credibilidad por parte de las organizaciones que tratan de
difundirlo, creo que se dirige hacia un final trágico y previsible.
El único entre siete mil millones de personas que es capaz de decir en 140 caracteres, lo que se le debe decir a estos dos cafres sin cabeza. El mensaje es claro: "Parad por favor. Millones de niños observan.Tenéis el poder de suscitar impactos y mensajes mucho más constructivos" . Oh Dios mío! No podía creer lo que acababa de leer! De nuevo, se restauró por un segundo mi fe en el fútbol del futuro (y presente). La pelea entre besugos había terminado con un balance total de cientos de memes y algún que otro programa "deportivo". Tremendo disgusto el mío al pensar que ayer volverían a hablar pero no, solo era el público, sediento de espectáculo bochornoso y lamentable. He de decir que entre todos los mensajes que pude ver, había alguno que hablaba del partido en sí mismo también, aunque los menos.
Y
es en este punto donde entra el "Fair Play". Dos palabras
que tienen tan poco significado en el fútbol como en la vida social
que nos tocó vivir. Los niños de hoy en día ven sus sueños
futbolisticos construidos en base a 3 pilares: Familia,
entorno e ídolos. Si alguno de estos 3 pilares falla o no está bien
cimentado, la casa se irá al traste. La familia, los padres, son los
principales causantes de la afición del niño por cualquier
actividad. De nada sirve tener un padre/madre hooligan que vaya con
su hijo de 5 años al campo a insultar al colegiado de turno o al
paquete de su entrenador. Por dentro todos somos Guardiola
(¿verdad?). Tampoco serviría de mucho, que los amigos o la gente
que rodea al niño tenga una vida conflictiva o se dedique a
actividades poco "profesionales" (Fiesta, alcohol,
tabaco...), al final, o se es de mentalidad muy fuerte, o se acaba
sucumbiendo al poder de lo social. Pero todos los niños que juegan a
fútbol, sueñan con ser Messi o Ronaldo. Pero también los hay que
sueñan ser Piqué o Arbeloa. Quizá, con el efecto que estos pueden
tener, ser un pandillero no sea lo más correcto.
Al fin y al cabo,
hoy estamos criando a los futbolistas del futuro, aunque la FIFA esté en la cárcel y el "Fair Play", desaparecido.
Nos leemos