lunes, 7 de marzo de 2016

El fútbol es de la calle

Este fin de semana ha sido (y ya no es sorpresa) un nuevo paso para el Leicester City en la consecución de la Premier League. Desde aquí me declaro fan de este equipo que, capitaneado por el señor Ranieri, se está reivindicando en el siempre jodido mundo del "money football". Puede ser que al final no consigan la liga o que este equipo se desinfle como muchas veces ha pasado con equipos humildes que llegan a lo más alto, pero lo que está claro, es que nos ha tocado el corazón a los que crecimos en la calle. Chicos, niños que como yo juntaban dos piedras y le pegaban patadas a la lata vacía de coca-cola y simulaban ser Ronaldo y Beckham o Ronaldinho y Zidane. Esos ídolos de pies descalzos siempre sentiremos algo especial por los clubes humildes, los que llegan sin hacer ruido y revientan a base de goles a las grandes potencias mundiales.

Y el caso del Leicester no es aislado, aquí mismo tenemos el ejemplo de clubes como el Eibar, el Celta y el más destacable el Villarreal quizá, tanto por su trabajo desde la base como por su juego en la élite española. Equipos humildes pero bien trabajados que siguen demostrando que se puede competir sin grandes presupuestos y con trabajo de barrio. 

Es quizá por esto, que siempre los jugadores más llamativos o vistosos suelen salir de países (o zonas mejor dicho) más pobres. Por todos es bien sabido que argentinos, brasileños, uruguayos y muchos africanos llegan a triunfar por su enorme calidad. Algo superlativo. Porque si te salen los regates con una lata y descalzo, imagínate con botas y balón, quedas destrozado. 
Pero ya no es solo la calidad o la técnica que se adquiere, es la astucia, el jugar contra la pared para salir de la presión, el que pase por encima de la piedra y reclamar el gol como tuyo, el después de 4 horas jugando "quien marque gana" y dejar el corazón porque llevabas 6 goles de ventaja y claro, no se puede echar todo ese esfuerzo por la borda. Ese algo que la mayoría de futbolistas que puedo ver (y veo) hoy en día no tienen, sobretodo los más jóvenes. En España (por suerte) tenemos grandes escuelas y grandes entrenadores de fútbol, que siempre enseñarán lo mejor a los niños, pero quizá también los tengamos mimados de más (esto es sólo una reflexión propia). A veces quitarse la camiseta, los zapatos y jugar por el simple placer que produce, es el mejor entrenamiento. 
Por eso también me siento triste al ver como muchos ayuntamientos prohíben jugar en la calle por lo que ellos llaman "seguridad ciudadana" y tienen razón, están más seguros jugando a la videoconsola en casa, pero en mi casa, no va a haber videoconsola para los peques. Lo que si habrá serán latas y piedras.





Nos leemos 

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